Porque priorizamos la formación práctica. Materias y talleres de Prácticas Profesionales, visitas y asistencia a audiencias en Tribunales, atención en el Consultorio Jurídico, informática jurídica, son algunas de las actividades incluidas en el plan de Estudios.
Porque nuestros graduados dominan las técnicas de negociación y reciben formación en Mediación para que como auxiliares de la justicia, puedan contribuir a generar soluciones justas a los problemas que se les plantean. Los preparamos para defender intereses en litigio, y para prevenir y resolver conflictos sin intervención judicial.
Porque sabemos que los abogados necesitan contar con un eficiente manejo de la comunicación oral y escrita y un desarrollo pleno de sus habilidades argumentativas necesarias para persuadir, fundamentar, y ejercer cualquiera de los roles (juez, legislador, asesor, defensor, mediador, etc.). Diseñamos para ello un programa especial, de características únicas y distintivas, interdisciplinario, que acompaña al alumno durante toda su carrera, al interior de las cátedras.
Porque nuestros docentes constituyen un equipo sólido y experimentado. Son, en su mayoría, magistrados o funcionarios judiciales, y abogados en ejercicio de la profesión, lo que permite a los alumnos un permanente contacto con la realidad de la práctica profesional. Además, el trabajo en grupos reducidos permite acompañar a nuestros alumnos en el aprendizaje del Derecho y en su crecimiento personal, valorando al alumno como persona, conscientes de sus dificultades, sus realidades, y contribuyendo a desarrollar su potencialidad.
Porque la Universidad no se enrola dentro de ningún marco ideológico, político, ni religioso. La libertad de cátedra es ejercida plenamente por alumnos y docentes en un contexto de profundo respeto por la Constitución Nacional, los valores y las instituciones democráticas.