Jueves 27 de Octubre de 2022

Según estadísticas del gobierno nacional, hay 22.024 casos anuales de cáncer de mama, lo que representa el 32,1% de todos los tumores malignos en este grupo. Su detección temprana aumenta las posibilidades de cura, por este motivo se recomienda que todas las mujeres de 50 a 69 años se realicen al menos una mamografía cada dos años. Este estudio puede detectar la enfermedad cuando el nódulo todavía no es palpable.

También, se recomienda realizar autoexámenes mamarios a todas las mujeres, pero estos no reemplazan las consultas con profesionales. Es importante realizar una consulta inmediata, ante el hallazgo de un nódulo o una dureza. 

La Dra. Evangelina Aloe, Coordinadora Académica de la Lic. en Psicología (Sede Buenos Aires y Anexo San Miguel), nos explica la importancia de la contención psicológica en mujeres que atraviesan el cáncer de mama: “Una de las mejores cosas que puede hacer una mujer para afrontar esta enfermedad, si no está haciendo terapia, es buscar la compañía de alguien que tenga el conocimiento, la experticia suficiente, para poder acompañar sin exigir, sin culpar y sin juzgar”. Aloe reflexiona que muchas veces las mujeres que pasan por esto, son muy exigidas respecto a cómo tendría que sentirse y qué tendrían que hacer para curarse.

Una arista muy importante para abordar es la familia, cómo compartir la información y con quiénes. Hay que considerar a las/os hijas/os, especialmente si son pequeñas/os, a los padres y madres y a sus parejas, en el caso de tenerla. “Algunas mujeres sienten culpa por hacer pasar situaciones como estas de enfermedad a su familia. Sufren por faltarle a sus hijos en determinadas situaciones y momentos”, comenta Evangelina.

Por estas razones, tener un espacio de acompañamiento donde puedan trabajar todo esto, puede ayudar a transitar de una manera más favorable y con menor sufrimiento esta enfermedad y todos sus procesos.

“Una de las tareas fundamentales de los profesionales de la salud mental es acompañar en todos los duelos que se producen desde el momento del diagnóstico y desde las prácticas para llegar a ese diagnóstico” comparte Aloe. También, deben trabajar con los miedos como el de no curarse o el miedo a la muerte y cualquier tipo de emoción que puedan enfrentar al realizar el tratamiento. Hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos, este último genera cambios corporales como la pérdida de cabello o la delgadez extrema.